El chile es algo que bien preparado puede ser delicioso, si se está acostumbrado a paladearlo, pero si no, puede ser una tortura hecha y derecha para todo aquel que no esté acostumbrado a saborearlo. Y es que parece que no, pero degustar un buen chile es todo un arte, sin embargo los que nacemos y crecemos en lugares donde el picantees parte de la vida cotidiana, no notamos ni en qué momento acostumbramos a nuestro cuerpo a soportarlo.
¡Al chile, al chile es que sí hay una disciplina que se sigue para acostumbrar al paladar y al estómago a la hora de comer cualquier tipo de picante! Y este es el momento en el que te revelaremos cuál es el secreto y por qué a los mexicanos nos gusta tanto.
Y sin duda alguna, las fiestas patrias son sinónimo de comida mexicana, que en su mayoría tienen al chile como protagonista, pero como comerlo es difícil al inicio, creamos para ti este picosómetro por si no lo consumes mucho o si no eres mexicano y quieres adentrarte en el mundo del picor.
Empieza por chiles poco picantes. Los aciditos o el “chile que no pica” (En realidad sí pica, pero poquito) Ejemplos: Dulce Miguelito, Chamoy y dulces de tamarindo.
Este es el momento en que empiezas a distinguir el chile “que pica del que no pica”.Cuando ya toleres el chile que “no pica”, prueba con otro un poquito más agresivo, como las salsas: botanera, valentina o chile botanero, del de polvito para la fruta.
En el nivel número 3 están los chiles chipotles y los chiles en vinagre, que aderezan inigualablemente todas las tortas y sándwiches que existan en el país. Hay incluso algunos lugares ‘nice’ que tienen estos chiles picados para ponerle a las chapatas o hasta a los croissants que venden en México.
Si has llegado hasta este punto, ya eres candidato para probar las salsas hechas con chile de árbol, tomate verde o jitomate o bien, los chilaquiles rojos o verdes.
Para el nivel cinco de “picor” ya puedes probar los moles verde o rojo. También los adobos o pipianes.
Chiles rellenos o habaneros están hasta el final, porque como pueden no picar, cuando no “están curados” pican más que cualquier otro.
Eeste ingrediente es de tanta importancia, que resultaría complicado pensar en una fiesta o comida tradicional donde no esté presente, si no es que siendo su protagonista, y es que en México existen alrededor de 64 variedades de chile, sin contar las mezclas o variaciones a las que se somete para dar lugar a nuevos sabores.
No es que los mexicanos seamos masoquistas, lo que sucede es que la capsaicina provoca que el cerebro segregue endorfinas, las sustancias responsables de la sensación de placer, para contrarrestar ese fuego que llevamos dentro…de nuestra boca al morder un chile.